lunes, 29 de abril de 2024

 JUNTÁRONSE LOS MANDILES y no quedó vecina sin candiles


 



Es un dicho de mi abuela Fausta.

El dicho que yo he encontrado en los libros de refranes es : " Juntáronse los delantales, y no quedó vecina sin señales ".

El delantal es una prenda que se usa para proteger la ropa mientras se trabaja.

El mandil es una palabra más " gatuna " y protege la ropa de cintura para abajo. 

El mandil lo utilizaban las " gatas " para hacer las faenas de la casa y salían a la puerta la calle con el mandil puesto a charlar con la su vecina.

Recuerdo que mi abuela Fausta, que se ponía el mandil nada más levantarse, como todas las " gatas " en mis años de niñez, se ataba el mandil en la cintura y recogía una punta cuando salía a la calle, y hasta se llegaba a los huertos de la Cuesta con el mandil o hasta el huerto de la Pedragosa.

El mandil, que solía ser de color oscuro, era una prenda obligatoria para las " gatas ".

Alguna vez pude ver a alguna " gata " convertir su mandil en rodela para colocar sobre la cabeza la cántara de agua o el barreñón de la ropa lavada para subirlo desde el puente Cantería por la cuesta la Esquina.

El candil era una especie de instrumento de iluminación, imprescindible en Cereceda antes de la llegada de la luz eléctrica pero también con posterioridad, porque en las casas había pocas bombillas y la luz se " perdía " con frecuencia entre la central de las Casas y las viviendas de Cereceda.

" No quedó vecina sin candiles " significaba que habían mirado todos los defectos de cada una de las sus vecinas.

La frase, según mi abuela, significaba que, cuando se reunían dos o más " gatas ", se hablaba de " todo " sobre la " gata " a quien se mentase en la reunión.


Foto  pinterest.es


 

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