TOMAR LA FRESCA
En la Cereceda de mi niñez nadie salía a tomar el fresco ( la fresca ).
Los meses de junio, julio y agosto era los meses en los que teníamos más trabajo.
Esos trabajos había que realizarlos con la mayor rapidez posible por miedo a las tormentas veraniegas.
Para " gatos y " gatas " y " gatines " la cama era nuestro lugar favorito, por el poco tiempo que podíamos pasar en ella.
La llegada de la primera luz del día - y muchas veces " antes de punto día " - ya estábamos fuera de casa.
El día solía estar completo con la siega, la acarrea y la trilla.
Además se añadían los trabajos en los linares.
" No nos daba tiempo a aburrirnos ni a pensar en salir por la noche a tomar el fresco ", me dice una señora " gata ", hoy abuela y a la que sus nietos y nietas obligan a tomar el fresco en la plaza algunas noches del mes de agosto.
En mis veranos en Cereceda tras la jubilación, me encantaba tomar el fresco, a la puerta de Asun, acompañado por los amigos y unas perronillas caseras, " fabricadas en casa de la anfitriona ", y una copita de mistela llegada desde la Marina Baixa de Alicante.
" Cada cosa a su tiempo " que se ha dicho desde siempre en Cereceda.
Hoy, jubilados y veraneantes pueden tomar la fresca, " porque no hay que madrugar ",
Eso sí, siempre que el frío de la noche " gatuna " lo permita.
Foto enviada por Jacinto, GATO 2025 y Asun, GATA 2025
Machadero para tomar el fresco a la puerta de su casa en Cereceda.
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