martes, 9 de septiembre de 2025

 MEJOR NO SABER NADA DE ELLOS

 


En los pueblos de la España Vaciada - que un día estuvo llena - las pocas personas que quedan en ellos, acostumbran a no preguntar por quienes " se fueron ".

- Hoy he vista a Jeroma, que vive en el Norte al igual que Manolita, y hasta en el mismo pueblo, y, aunque la he saludado, no le he preguntado por mi antigua vecina.

Me quedo un poco asombrado porque, cuando vivían en el pueblo, las dos casas eran " una sola ", decían las " malas " lenguas.

- Es que prefiero no saber nada de ella y de la su familia. Siempre que me llega alguna noticia de mucha gente del pueblo que ahora viven fuera, me paso dos o tres días " intranquila ".

Yo no me atrevo a interrumpir sus pensamientos.

- Es que, si las noticias son malas, me entristezco, y, si las noticias que me llegan son buenas, pues, algunas veces, me da un poco de envidia. 

Continúa el monólogo de Gumersinda - a la que en el pueblo siempre han llamado Sinda desde niña pues su abuelo se llamaba Gumersindo y lo llamaban Sindo - sin que yo ose intervenir para convertirlo en diálogo.

Yo me quise ir, cuando ella se fué, pero el mi Rigo - se llamaba Rigoberto Fernández de la Reguera - dijo que nosotros podíamos vivir en el pueblo, y no quiso que probáramos fortuna ni en Asturias ni en Bilbao ni en Barcelona.

Le digo " buenos días " y me marcho.

Difícil adivinar el esto de ánimo de Sinda - Gumersinda de Arriba Peláez, la esposa de Rigoberto Fernández de la Reguera, que siempre vivió en un pueblo de la España Llena y que hoy vive en un pueblo" de la España Vaciada ".

 

Foto  pinterest.es 

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