SI PAGAN POCO POR LAS PATATAS, se las echamos a los cebones
Esta " sentencia " se la escuché muchos años a mi padre.
Cuando llegaba el día de sacar las patatas de los linares, mi padre ya había echado sus cuentas sobre los sacos de patatas que iba a vender.
El " saco de patatas " era la unidad del Sistema Métrico de los " gatos " agricultores.
Ninguno pensaba en kilogramos sino en sacos.
Igualmente, un linar se consideraba bueno o malo según el número de sacos de patatas que producía.
A la hora de la venta, se contaban los sacos y se multiplicaba por 60, que era el peso aproximado de un saco de patatas.
Los sacos que llegaban de los linares, casi siempre pesaban más, porque traían tierra.
Los sacos que se vendían tras pasar las patatas por " el cuarto de las patatas " habían perdido peso.
Aquellos años que el precio de venta era muy bajo, las patatas se quedaban en las casas de los " gatos " a la espera de " que suban ".
Mi padre y muchos " gatos " siempre tenían una solución para las patatas almacenadas : " Echárselas a los cebones que se engordaban para la matanza.
Se mezclaban con harina de cereales y carozo - huesos molidos de las aceitunas - y " las venderemos como lomos o como jamones ", decían.
Y soltaban una " risotada ".
Foto Google.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario