VERDEGUEAR
Una manera de pasar la tarde del domingo para aquellos " gatos " a quienes la visita a la taberna tras la comida, les suponía solamente un rato corto, era llegarse hasta Valdecarros para ver si era verdad lo que había dicho Justino en la fragua " la noche antes ".
Justino, a quien en el pueblo llamaban Justi, había comentado en la fragua que los trigos de Valdecarros comenzaban a verdeguear.
Nicandrio - a quien llamaban Candrio, porque en Cereceda partían los nombres propios por donde querían - " había jurado y perjurado que eso era mentira , qué él estuvo la semana pasado por la ladera de la sierra con las cabras y en Valdecarros sólo se veía el color tierra.
Nicéforo - a quien llamaban Foro en el pueblo y que era un agricultor " de los de toda la vida " - porque su padre y su abuelo y su bisabuelo y hasta diez generaciones anteriores habían sido labradores en este pueblo - defendía lo dicho por Justi, " que pa eso era su yerno ".
Así que Candrio se llegó aquel domingo por la tarde, la cayá al brazo, hasta el Corcino y se quedó boquiabierto.
Lo que había dicho Justino Sánchez Sánchez y otros dos Sánchez más, era verdad.
- " Los trigos de Valdecarros empezaban a verdeguear ".
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