MI ARO Y EL DOMINGO
Mi madre me tenía prohibido usar el aro " en domingo y fiestas de guardar ".
La manija del aro y mi mano derecha eran una sola pieza.
Yo acudía con el aro a todas partes, y hasta Don Lamberto, tuvo que prohibir el uso del aro en el campo escolar " porque los muchachos no miran por donde van y se llevan por delante a las muchachas ", decían algunas mamás " gatas ".
Para correr con el aro se necesitaban unas buenas albarcas pues el aro se " movía en las calles por donde quería y en las carreteras desconocía el código de circulación.
Los domingos mi madre me obligaba a ponerme zapatos porque Don Avelino el párroco no quería que los monaguillos lleváramos albarcas a la misa del domingo y de todas las fiestas de guardar.
Los aros se quedaban junto a la cruz de la estación del viacrucis que había casi pegada a la iglesia y que era la tercera estación, aunque " la cruz de la segunda estación parece que se cayó y se rompió ", decía la gente.
En cuanto terminaba la misa y vendía o repartía " El Buen Amigo ", me iba " pa mi casa " a quitarme los zapatos porque " que no te vea yo correr el aro con los zapatos ", me había dicho " mil veces " mi madre.
Y yo, que era un monaguillo de zapatos y un corredor de aro de albarcas, siempre la obedecía.
Foto pinterest.es Muchacho con el aro en domingo.
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