MAYO CALIENTE Y LLUVIOSO, ofrece bienes copiosos
El mes de mayo todavía era fresco en Cereceda.
Por las mañanas había que ponerse la chaqueta para salir a los linares.
Una chaqueta de pana que era " nuestra compañera durante todo el año ".
Había que ir a acogumbrar patatas, porque con lluvia y sol, las patatas van muy rápidas ", decían las señoras " gatas ".
- ¡ Si hace una semana que las zachásteis y ya vais a acogumbrarlas !, podías escuchar al volver a casa tras la mañana con " el espinazo doblado sobre los surcos ".
- Ya le he dicho a Juventino que vaya avisando para ir a hacer la poza. Si sigue así el tiempo, la próxima semana, tendremos que empezar a regar, me dijo Merencio - se llamaba Emerenciano pero todos lo llamaban Merencio.
Su linar era el más alejado de la poza, - dos kilómetros abajo - y era quien necesitaba más ayuda para hacer la poza y limpiar la regadera.
Los praos estaban hermosos de yerba, los trigos y las cebadas " daba gusto verlos ", los churros estaban gordos y la dehesa era como una " mejora " en San Muñoz, y los linares de patatas presagiaban una buena cosecha.
Las señoras " gatas " se pasaban media mañana en el huerto de casa con las alubias y los ajos y las cebollas y las " eras " de remolacha.
" Mayo caliente y lluvioso, ofrecía bienes copiosos ".
Foto Google.com Surcos de patatas acogumbrados.
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