LAS TARDES DE ENERO
Va cayendo la noche : la bruma
ha bajado a los montes el cielo.
Una lluvia menuda y monótona
humedece los árboles secos.
El rumor de sus gotas penetra
hasta el fondo sagrado del pecho,
donde el alma, dulcísima, esconde
su perfume de amor y recuerdos.
¡ Cómo cae la bruma en el alma ¡.
¡ Qué tristeza de vagos misterios
en sus nieblas heladas esconden
esas tardes sin sol ni luceros ¡.
En las tardes de rosas y brisas
los dolores se olvidan, riendo,
y las penas glaciales se ocultan
tras los ojos radiantes de fuego.
Cuando el frío desciende a la tierra,
inundando las frentes de invierno,
se reflejan las almas marchitas
a través de los pálidos cuerpos.
Y hay un algo de pena insondable
en los ojos sin lumbre del cielo,
y las largas miradas se pierden
en la nada sin fe de los sueños,
la nostalgia, tristísima, arroja
en las almas su amargo silencio.
Y los niños se duermen soñando
con ladrones y lobos hambrientos.
Los jardines se mueren de frío;
en sus largos caminos desiertos
no hay rosales cubiertos de rosas,
no hay sonrisas, suspiros ni besos.
¡ Cómo cae la bruma en el alma
perfumada de amor y recuerdos ¡.
¡ Cuántas almas se van de la vida
estas tardes sin sol ni luceros ¡.
Poemas.
Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura 1.956.
Nacido en Moguer ( Huelva ) el 24 de Diciembre de 1.881, falleció el 29 de Mayo de 1.958 en San Juan ( Puerto Rico ).
Foto www.google.es
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