SE ARREGLAN ....
Era el comienzo de un bando público que cada artesano lanzaba por las calles del pueblo,
Se arreglan sillas, se arreglan trillos y se ponen chinas, se arreglan calderos y calderetes..
Aparecían por Cereceda al atardecer. Llegaban al pueblo con las cabras o las ovejas, a veces, con el coche de línea.
No los asustaba el mal tiempo porque llegaban con cualquier tiempo.
Se acercaban a la posada de Cándido y pedían que les hicieran la cena.
Mi madre comenzaba a pelar patatas para hacer una cena " de pueblo " consistente en patas cocidas y tocino frito. Algunos pedían que les añadiera algún trozo de chorizo casero o algún huevo frito.
Se sentaban en el banco de la cocina, fumaban un cigarro, encendido con un palo de la lumbre o con una brasa cogida con las tenazas.
Habian dejado en el portal la caja de las herramientas, los haces de bayón y las bicicletas.
Yo los recuerdo acompañados siempre por una bicicleta.
Dormían en el portal junto a sus pertenencias y se levantaban cuando mi padre había prendido la lumbre y la botella de aguardiente estaba sobre la camilla de la cocina.
Cuando yo me iba a la escuela - en Cereceda la escuela se abría a las diez y media - ellos comenzaban a vocear por las calles los " servicios " que ofrecían.
A mi me gustaba acompañar al hojalatero y su cantinela : Se arreglan jofainas, calderetes, calderos, ..
Yo siempre le preguntaba para qué servían las jofainas. Mi madre la llamaba palangana, y yo no quería que los dos nombres fueran para la misma cosa : una " cosa " de hojalata para lavarse la cara.
Al mediodía buscaría al " sillitero " para ver cómo trenzaba el bayón para arreglar el " culo " de las sillas.
A media tarde se irían a otro pueblo. A Cereceda habían llegado desde Tamames y se marcharían por la carretera hacia El Cabaco, el Maíllo y Morasverdes.
Foto pinterest.es
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