miércoles, 2 de abril de 2025

 LAS MANOS EN LA CAYÁ





Manos rugosas.

Llenas de nudos, hechos de agarrar la mancera del arado o el mango de la azada o de la espigocha.

Son manos de " hombre de campo ".

Tengo un amigo, médico cirujano, que se ríe cuando me cuenta que algunos " pacientes " se asombran al
 ver sus manos.

- Mis manos son de hombre de campo más que de médico de bisturí. Aunque hoy todo se hace con el
 láser.

Yo le he recordado - ya se lo había contado en otras ocasiones - que las alumnas me pedían que les
mostrase mis manos los lunes por la mañana.

Eran manos de labrador en mi huerto durante el fin de semana.

- Yo nunca uso guantes porque es sabido " gato con guantes no caza ratones ".

La cayá es " la tercera pata " que necesito para caminar, me decían mis amigos " gatos ", aunque algunos la llevaban para " arrear " el ganado porque " sus dos patas " aún eran ágiles.

Yo tengo la cayá en mi casa del pueblo, colgada de un clavo a la entrada al portal.

Una cayá que " ha recorrido caminos y caminos y caminos " porque es herencia familiar.


Foto  pinterest.es

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