EL BOÑIQUERO
Es una palabra del vocabulario de Cereceda.
Hoy quiero rendir un homenaje - merecidamente alcanzado - a una esquina de la " era que nos tocaba ". Allí había clavada una estaca para señalar el límite de " la era de cada uno ".
Junto a la estaca - a veces sobre ella - se establecía el boñiquero.
El boñiquero era el lugar donde " echábamos las boñicas de las vacas y los cagajones de los burros "
Cuando te sentabas en el trillo, uno de los consejos que más te recordaban era que tenías que recoger las " boñicas " de las vacas o los " cagajones " de los burros.
Para ese menester mi padre tenía una sartén vieja con el mango muy largo. Te ponías de pie en el trillo y la acercabas al animal para recoger sus excrementos.
- Que te duermes y luego cuando se hace el " muelo " aparecen allí las " boñicas ".
Cuando se terminaba " de eras " se recogía el " tamo ", se barría la era y, junto con el boñiquero, se llevaba todo al muladar.
El muladar de mi padre estaba por fuera del Teso. Allí se mezclaba con el estiércol y esperaba la llegada del otoño para trasladarlo a huertas y tierras.
Todos los " trilliques " y " trillicas " volverán a su niñez, a las Eras o al Teso, cuando lean este artículo.
Recordarán los " sermones de sus padres. Se acordarán del " boñiquero. "
Foto www.google.es
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