CINE DESDE EL GALLINERO
En mis veranos en Cereceda pude ver alguna película de cine bajo el Camino de Santiago celeste.
La luna y las estrellas se colocaban sobre las cabezas de los aficionados al cine de verano.
Allí, en la plaza o en el juego pelota, se proyectaban películas para entretenimiento de la chiquillería " gatuna " y para alguna persona mayor que acudía, a veces con una manta, para resguardarse del frío de la noche agosteña.
En la costa mediterránea hay cine de verano al aire libre en la plaza del pueblo y algunos chiquillos se colocan en el gallinero.
Los árboles - generalmente almendros - que rodean la plaza son un buen gallinero de cine, y sus ramas se convierten en asientos de primera clase.
Y hasta la gata ha seguido a su dueña para admirar las imágenes que se mueven por una tela blanca, colocada con cuerdas entre las ramas de otro árbol.
Las películas de dibujos animados son las favoritas para las sesiones nocturnas - después de la cena - en una zona costera en la que abunda el calor por el día y por la noche.
Foto pinterest.es
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