martes, 4 de junio de 2019
EL COCIDO MARAGATO
El otro día publiqué un artículo sobre los arrieros.
En Cereceda había personas que se dedicaban a ser arrieros : llevábamos paja a los pueblos de la Sierra, vendíamos patatas y garbanzos o alubias por las dehesas y los pueblos del Campo Charro. Hace años las gentes de Cereceda con sus carros de vacas habían trabajado subiendo piedra para hacer el convento, la hospedería y la iglesia de la Peña de Francia.
Y siglos antes acudían a Salamanca a vender el carbón que ellos hacían, con sus carros tirados por bueyes.
Una " gata " me dice que tiene una amiga maragata y, cuando hablan de comidas, le cuenta que el cocido de su tierra es como el cocido de garbanzos de Cereceda.
Me pregunta si yo conozco el cocido maragato.
Yo he comido cocido maragato en dos ocasiones : en mi viaje a Galicia hice el regreso hacia Salamanca en coche y comí cocido en el hostal donde me detuve. La otra ocasión fué cuando acudí a la ciudad de Astorga y a la comarca del Teleno vestido de militar pues me encontraba haciendo la mili.
El cocido maragato consta de sopa, berza, garbanzos y siete carnes.
Se empieza a comerlo por la carne. Parece que esta tradición tiene su origen en las tropas de Napoleón que empezaban la comida por la carne porque, muchas veces, el toque de corneta anunciaba el inicio de la batalla antes de terminar la comida.
El cocido se elabora con diez tipos de carne diferentes : chorizo, oreja de cerdo de la matanza del año anterior, pollo, cecina,( carne seca de vaca ), pizpierno ( mi tía Floripe llamaba así al pernicote o hueso del pernil ), morcillo ( el " adobao " de Cereceda ), costilla de vaca, huesos de sustancia y morro de vaca.
A este " condumio " hay que añadirle el relleno a base de huevos batidos, un poco de jamón y chorizo picados, pan rallado y unos dientes de ajo.
El ingrediente principal son los garbanzos.
Como puede, señora " gata ", comprobar se parece al cocido de garbanzos de nuestro pueblo.
En Cereceda le poníamos un trozo de tocino de la despensa.
Nosotros empezábamos por la sopa. Algunos " gatos " juntaban la sopa con los garbanzos.
De las " tajás " a mí me gustaba extender el tocino cocido en el pan ( espachurrar ), comer el chorizo ( casi siempre de bofes y carne de cabra ), la oreja, los huesos y el relleno. El " adobao " me gustaba dejarlo para merendar, con un trozo de pan, en las orillas del río Yeltes cuidando las vacas, uno de mis trabajos favoritos de cada verano.
Foto www.google.com
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