miércoles, 10 de julio de 2019
LA MORILLA
Cuando en Cereceda se construía una cocina se buscaba una gran piedra de cantería que se labraba por una cara para ponerla en la pared. Esta piedra, plana según se miraba de frente, indicaba el lugar en el que iría la lumbre. Una lumbre que se hacía en el suelo.
Esa piedra gorda era la morilla.
De la misma manera de hacía un agujero en el suelo y se metía otra piedra gorda de granito tallada por la cara que iba hacia arriba. En esa cara se hacía la lumbre.
El paso de los años hizo que las dos piedras gordas de la cocina de la casa de mis padres fueran perdiendo " trozos de granito " y en el frente apareciera un agujero negro del humo, y en la piedra del suelo fuera difícil " asentar los pucheros " en los que se cocía la comida.
En ese momento mis padres decidieron encargarle a Luís el herrero dos chapas " gordas " de hierro y colocar una encima de la piedra del suelo y otra apoyada en la pared de forma inclinada.
Desaparecieron de la vista las dos piedras de granito que dieron vida a la cocina durante muchísimos años. Ahora había dos placas de hierro.
La piedra de granito del suelo era la cama de los gatos en invierno porque a través de sus " granos " el calor no se transmitía. Ahora la chapa se calentaba toda entera. Los gatos abandonaron esa " cama."
Desconozco si en alguna cocina actual del pueblo puede verse todavía la morilla, una pieza más de la vieja cocina que ha desaparecido.
Foto Zorro Corredero de Cadalso de los Vidrios ( www.google.es)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario