jueves, 18 de julio de 2019
TRIGO ALABADO, EN LA PANERA ENCERRADO.
Esta frase se la escuché muchas veces a los agricultores de Cereceda.
Mi padre decía " trigo alabao, en el sobrao."
Cuando hablaban en el bar de mis padres de " los trigos " que hay este año - nosotros nunca decimos trigales - algunos jóvenes los alaban : " hay poca hierba," " da gusto verlos cómo colorean," " las espigas empiezan a doblarse por el peso de los granos," " ayer pasé por el camino Valdecarros y en las Tierras Negras ya empiezan a dorarse las espigas".
Recuerdo que el tío Manuel Santos, muchos años alcalde y muy amigo mío, siempre me decía " Nachito, el trigo alabado cuando en la panera está encerrado."
Por estos primeros días de agosto estábamos ya trillando, a veces, la segunda parva porque era costumbre que se hicieran dos parvas pequeñas, mejor que una sola grande.
La primera razón era que había poca era para extender el bálago y que se trillara más rápidamente. La segunda que nadie esperaba a terminar la acarrea para empezar la trilla. La tercera que así se tornaba mejor, tanto con la horca de madera como con la pala cuando " la parva ya iba trillada."
Otra razón era la limpia. Una parva pequeña enseguida se limpiaba. Si era grande y había que cambiarla de aire, era muy trabajoso.
Además siempre quedaba la ilusión de que " si en esta parva ha salido mal la cosecha, en la otra parva saldrá mejor."
La parva buena era la que se hacía con los carros de bálago que llegaban por la carretera El Cabaco desde Valdecarros.
A mi padre le gustaba hacer una hacina con ese trigo y trillarlo aparte.
La alabanza del labrador a su cosecha debe llegar cuando el trigo está encerrado en la panera. Antes pueden llegar las tormentas y " esbaratar una buena cosecha."
Foto https://pixabay.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario