EL JUEZ DE PAZ EN ESPAÑA, luces y sombras

Este artículo vio la luz en el nº 3 de la Revista PATALOSO. Agosto 2.018

Su autora es Mª Pilar Gómez Álvarez, abogada.

Pilar es una gran seguidora del blog y de todas las " cosas " de Cereceda. Vallisoletana de nacimiento, castellana en sus estudios y en su forma de hablar y escribir, aceptó encantada el ofrecimiento que le hice de escribir un artículo sobre " una de las pocas figuras " que quedan en los pueblos pequeños de Castilla.

El blog publica hoy su artículo con el agradecimiento y la esperanza de que en todos los números de la Revista PATALOSO se vean reflejados sus conocimientos del Derecho con el vocabulario " propio " de las gentes de pueblo.

A lo largo de la historia, las sociedades han venido reservando un espacio para la justicia  administrada por jueces legos, es decir, por ciudadanos que no pertenecen a la carrera judicial y que dirimían las desavenencias y las controversias de sus convecinos a través de medios conciliadores, si bien, a medida que las sociedades se fueron haciendo más complejas, junto a esta justicia mediadora nació la necesidad de crar organismos especializados en la función jurisdiccional.
En la búsqueda del origen en España del juez de paz, nos encontramos como precursor del mismo, algunas figuras que responden  a la idea de justicia cercana y conciliadora.
En la península ibérica, en la época de la dominación romana había un complejo sistema de organización judicial, pero contaba también con " jueces de avenencia ", que entendían de asuntos de pequeña cuantía.
Durante la dominación visigoda, en el Fuero Juzgo, se recoge entre las diversas clases de jueces, los " adsertoris pacis," jueces de paz ocasionales nombrados por el Rey, para entender exclusivamente de un asunto determinado y los " vilicos o prepositos,"  desempeñando los primeros una función conciliadora y los segundos la de administrar justicia en asuntos de mínima cuantía o importancia, tanto en lo civil como en lo criminal.
En la organización judicial de los territorios de la península ibérica que estaban bajo la dominación musulmana, se encontraban unos jueces  denominados "Alkadir, " que  administraban justicia en los pueblos de escaso vecindario, o los " mussaddid ", jueces inferiores que auxiliaban a los " Cadies ".