miércoles, 10 de abril de 2019
LAS CABRAS DE LA TÍA MARÍA, eran pocas y se perdían.
La abuela, la grand-mére, de María emigró a Centroeuropa desde un pueblecito castellano cuando era niña. Le gusta decir refranes, proverbios y frases castellanas. Su marido, le grand-pére de María, se sonríe cuando no entiende lo que le dice su esposa. María, la gran amiga del blog, me envía " cosas " de su abuela para que yo se las explique.
Ayer me envió esta frase : " las cabras de la tía María, eran pocas y se perdían."
Cabras en Olmeda de Cubeta ( Guadalajara )
" Mi abuela la ha dicho cuando fuimos al parque de la ciudad y una niña de nuestra vecina se perdió."
En Cereceda esa frase la decía muchas veces mi tía Floripe cuando al llegar la hora de la comida, alguien " se había perdido " porque estaba haciendo algún trabajo en el corral.
- Somos tres a comer y siempre alguno se pierde, decía, refiriéndose a sus dos hermanos. Parecen las cabras de la tía María que eran pocas y se perdían.
Cuando quitábamos los corderos y separábamos las corderas, mi padre me mandaba a cuidar las " ovejas del queso ". Las " ovejas del queso " no acudían al rebaño del pastor. Cada dueño cuidaba las suyas porque tras el mediodía se las llevaba a algún huerto " sembrado de verde " para que comieran y dieran más leche. Además " venían " al corral más temprano pues había que ordeñarlas antes de que " fuera de noche ". En la cuadra nunca tuvimos luz para ordeñar y las ordeñábamos junto a la puerta que daba al huerto.
Yo, que nunca fuí buen pastor de ovejas, tenía miedo que se me perdiera alguna. Las llevaba a la Monte la Rade, a las Lagunejas, a Valdecaseras y luego al " prao " del Chorrero o al huerto del Castaño.
Mi padre me decía : ¡ a ver si te pasa lo que a las cabras de la tía María, eran pocas y se perdían ! ."
Fotos www.google.com
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