domingo, 6 de septiembre de 2020

 HABLA EL SILENCIO

Sentados. Al sol de la tarde. En silencio. Juana y Andrés. Andrés y Juana. El " Chaparro " y su mujer.






Una casa de un pueblo cualquiera de Castilla, la Nueva o la Vieja. Es igual. Sentados a la puerta de entrada al huerto. Los acompañan un botijo y una escoba. La escoba de barrer la puerta de la casa.

Yo me he colocado a su lado para escuchar el silencio. Llevan 72 años " de casados ". Han tenido tres hijos. Dos chicos y una chica. Hoy están solos aprovechando el sol del otoño.

" Nosotros teníamos cuatro cabras y doce ovejas. Nunca tuvimos vacas. ¿ Para qué las queríamos si no teníamos tierras que arar ?. Las cabras se las vendimos a mi cuñado. Las ovejas se las vendí a uno de Cilleruela.  Con ese dinero comenzamos una nueva vida.

" Yo me fuí a Suiza y empecé a trabajar limpiando pinares. En una casa vieja dormíamos siete personas. Los siete formábamos un grupo. Éramos todos de este pueblo y de los alrededores. Yo cocinaba casi siempre. Otras veces lo hacía Matías. Matías había sido cocinero en la mili. Juan, que era el capataz, bajaba a comprar a un pueblo que estaba a siete kilómetros. Allí se ganaba un " buen " dinero.

" Al llegar las Navidades volvimos al pueblo porque allí había mucha nieve.

" Entonces se animó la mujer a venirse conmigo. Buscamos otro trabajo. Yo hacía zanjas en las calles para meter tuberías y ella limpiaba en tres casas y cuidaba a un niño.

" Nos fuimos a vivir a casa de un paisano. Luego alquilamos una casa con un huerto. Yo arreglé el tejao y empecé a sembrar algo en el huerto.

" Esa era otra vida.

" Después me coloqué a trabajar en un almacén de flores. La mujer se vino conmigo. Era un trabajo donde se pasaba frío pero no te mojabas como en el trabajo de las calles.

" Los muchachos fueron llegando. En cinco años nacieron los tres. Iban a la escuela en el pueblo y aprendían el idioma.

" Estuvimos allí treinta y siete años.

" Un día dijo la mujer que nos veníamos a nuestro pueblo y nos vinimos. Los dos somos de este pueblo. Algunos de mis amigos habían fallecido. Otros estaban con los hijos en el Norte.

" Hoy vivimos catorce vecinos en el pueblo.

" Yo tengo un pequeño huerto en el que siembro tomates, lechugas, cebollas, acelgas, zanahorias.

" En la casa tenemos calefacción y todas las comodidades. Tengo teléfono para hablar todas las noches con los hijos y con los nietos.

"Aquí, sentados al sol de la tarde, pasamos los días, y esperamos que llegue el verano, y vengan toda la familia a visitarnos. "

Foto  pinterest.com




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