HORNIJA
Significa " leña menuda que se usa para encender el fuego."
En Cereceda usábamos bardas secas de las " rozas " en el monte o ramas de secarones de los robles que ardían muy bien.
Mi padre traía cada año un carro de ramas de alisos para cerrar el " tenao " del heno. Esas ramas las cortaba en las Digisuelas a orillas del río Yeltes. Los alisos crecían salvajes y servían para impedir que las crecidas del río " se llevasen el prao." Al año siguiente - había que cambiarlas antes de verano - eran la mejor hornija para la lumbre y para el horno de cocer el pan.
Aquellas vecinas que carecían de carro o burra para traer leña solían pasarse por las escuelas para recoger piñas caídas de los grandes pinos que siempre hubo - quedan algunos - en el campo escolar. Esas piñas eran la mejor " encendaja " en palabra de mi abuela Fausta.
Alguna vez fuí a buscar hornija al taller de la carpintería del tío Paco el carretero o de su hermano Tino, Eran restos de tablas o de maderas que ardían muy bien si estaban secas.
Mi madre guardaba los papeles que ponían en el comercio y en la carnicería para despachar y pesar las mercancías en la balanza porque ese papel - muy gordo y vasto - ardía con facilidad.
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