miércoles, 27 de mayo de 2020
LA GATA AL SOL EN LA VENTANA
Esa gata pequeña está sentada en la ventana con permiso de la dueña de la casa.
Está acurrucada viendo pasar la tarde, mientras a lo lejos el sol va resbalando por la Sierra de la Peña de Francia, camino de Portugal.
En la foto hay otros elementos típicos de las ventanas de Cereceda.
Hay una ventana de madera y unas cortinillas o " visillos " por dentro de la ventana que se " corrían " cuando la gente quería " oler " y la dueña de la casa gustaba de algo de intimidad.
Hay dos tiestos en la ventana. Esos tiestos cuando llegaba el tardío desaparecían al ponerse el sol o antes, pues el hielo de la noche los mataba.
Entre ellos, en un bote de cristal, mi madre tenía alguna rama de geranio, de alegría o de cualquier otra planta que le habían regalado. Estaba en el bote con agua hasta que echaba raíces y pasaba a ocupar otra maceta.
Ese bote era el " vivero " de las mujeres de Cereceda.
La gata tenía permiso para sentarse en la ventana de la cocina.
Era su dueña quien le abría la ventana para que se sentara allí. Unos maullidos recordaban a su ama que quería " bajarse de la ventana y echarse en la lancha de la lumbre de la cocina. "
Foto pinterest.com
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