domingo, 13 de abril de 2025

 DE ORDEN DEL SEÑOR ALCALDE, se hace saber . . . 






El pregonero , al que en Cereceda se denominaba alguacil o alguacila, " es un oficial público que en alta voz da los pregones, publica y hace notorio lo que se quiere hacer saber a todos ",

El alguacil echaba los " bandos " por las calles del pueblo.

Estaban señalados " por la costumbre " los lugares en los que se echaban los bandos.

Solían ser plazuelas, cruce de calles o lugares frecuentados por los vecinos.

Había 6 - 7 sitios que eran obligatorios, pero, muchas veces el alguacil añadía alguno más.

Los bandos podían ser oficiales, ordenados por el Ayuntamiento o, muchos, bandos particulares.

Los bandos municipales eran pagados mediante un " ajuste " por el Ayuntamiento.

Estos bandos comenzaban siempre con una fórmula tradicional:

" De orden del señor Alcalde, se hace saber . . .

El bando oficial lo recibía el alguacil escrito en un papel.

Para ser alguacil era obligado saber leer y escribir.

Los bandos particulares o mandados " echar " por particulares, tenían un texto acordado entre las partes.

Quien pedía al alguacil que echara un bando tenía que pagar entre tres y cinco pesetas según la época del año y según la importancia del bando.

Los bandos de vendedores o de compradores que realizaban sus " tratos " en la posada de mis padres eran " cosa mía ".

Yo acudía a ver al alguacil y acordaba con él el texto del bando y lo que le tenían que pagar.

Recuerdo que empecé con tres pesetas y luego subió a un duro o cinco pesetas.

A mí me gustaba acompañar al alguacil porque me dejaba tocar la bocina para avisar del bando.

Era un trabajo por el que yo cobraba " la voluntad " que podía alcanzar desde un real hasta una peseta.

Nunca eché ningún bando " porque tú no eres el alguacil ", me decía, casi a diario, mi padre.


Foto  Google.com

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