APRISCO
Es una palabra que muchos ganaderos de ovejas utilizaban en Cereceda.
A mí me la enseñó mi abuelo Matías. Luego se la escuché muchas veces al pastor y al tío Fael, el abuelo de Esperanza, GATA 2.021, que además de agricultor - era el dueño de El Rozo - ejercía como Albéitar.
El Albéitar era el campesino que curaba los animales con remedios caseros.
Ya he escrito que mi padre se fiaba " más del tío Fael para algunos males de la ganadería de casa que de su amigo Don Ricardo, veterinario titular del pueblo y durante muchos años Alcalde.
Los apriscos eran lugares cercados en los que se guardaba el ganado para protegerlo de la intemperie y de los depredadores.
Esos apriscos podían estar construídos con paredes de piedra - como el corral de las cabras que había y hay en las proximidades de El Teso - o con cañizos. Así eran los que se levantaban en linares y tierras a la hora de dejar las ovejas a estercar en el tardío.
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