ACEITE Y VINO, BÁLSAMO DIVINO
Los olivos y las viñas eran árboles desconocidos en el término municipal de Cereceda.
Sin embargo aceite y vino se usaban como bálsamo por las " gatas " del pueblo.
Bálsamo . - Crema o líquido compuesto de sustancias medicinales aromáticas que se aplica sobre la piel para curar heridas, llagas y otras enfermedades.
El aceite de oliva virgen extra - como hoy se la denomina - y que llegaba a Cereceda a lomos de mulos de las Jurdes, metido en pellejos - se llamaba en mi niñez aceite de jurdanos o de serranos del Soto.
Las " gatas " lo guardaban en damajuanas de cristal, al igual que el vino y descansaba en la despensa. A veces, ya lo he escrito, había que poner la damajuana cerca de la lumbre porque el aceite se había helado.
El vino llegaba de las bodegas de La Sierra y se guardaba en damajuanas y botellas. En alguna casa había vasijas de barro en las que se guardaba tanto aceite como vino.
El vino tiene alcohol lo que lo convierte en un magnífico desinfectante. El aceite tiene productos suavizantes y cicatrizantes.
Mi madre conocía , como todas las " gatas " del pueblo esos efectos beneficiosos del vino y del aceite. Y así, cuando te acercabas a casa con una pitera y " chorreando " sangre, te lavaban con agua la herida, te echaban un " chorro " de vino y, tras secar la herida ya desinfectada, te la untaban de aceite.
Una oración entre dientes, que nunca pude copiar en un papel, era el final de la fórmula mágica que curaba piteras, heridas en codos y rodillas, y hasta rozaduras de las albarcas en mis pies de niño.
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