lunes, 25 de junio de 2018


ESTRUMPIR

Uno de los juegos favoritos de los niños de Cereceda en la época veraniega tenía lugar en las calles del pueblo.
Nosotros no " nos metíamos con nadie." Era una diversión muy barata, Solamente se necesitaban nuestras manos y el barro y los terrones que había en las regaderas de las calles.
Nuestra vestimenta era una camisa de manga corta, fabricada para cada uno en su casa. A ella se añadía un pantalón corto con dos tirantes.
Era un " orgullo " llevar un solo tirante cruzado para lo que, a veces, era necesario arrancar el botón de un lado del pantalón.
El calzado nos llegaba de Tamames y lo traía " a vender " el señor Adelio. Un hombre que acudía todas las semanas a Cereceda. Eran unas " andalias " de goma con abundancia de agujeros. Por unos entraba el agua y por otros, o por los mismos, salía.





El juego consistía en adivinar por qué calle bajaría el agua de la Poza y de quién era. El agua bajaba por las calles del pueblo camino de los huertos. Un buen tercio al que nosotros deteníamos mediante la construcción de pantanos. Una serie de pantanos a lo largo del recorrido.
La mejor zona para construirlos era la calle de las Escuelas.
La diversión llegaba cuando los íbamos " estrumpiendo " uno tras otro y el agua se desbordaba fuera de la " regadera."
Algunas " dueñas del agua " se enfadaban con nosotros pero un poco de vigilancia y a " construir pantanos."
Estrumpir en el Cereceda de mi niñez significaba " romper de golpe cada uno de los pantanos construídos en las calles del pueblo."
María, la gran amiga del blog, espero que te haya gustado la explicación de ese verbo tan utilizado en Cereceda.

                 Foto  Constantino González Macías.  Regadera junto a la casa.

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