lunes, 18 de junio de 2018
LAS PIZARRAS DE LA ESCUELA DE CERECEDA
Todos los años por estas fechas, final del curso escolar. me gusta reunirme con profesores que un día, unos hace pocos años y otros bastantes años más, tuvieron que escuchar las explicaciones que yo impartía en las clases de Lengua Castellana.
Ellos se sienten felices de poder decir a " su profesor " algunas de las cosas que en aquellos años no se " atrevieron " a decir.
Han hablado de pizarras digitales, de ordenadores portátiles, de temas enviados a los profesores por internet, de comunicaciones a los padres a través de correos electrónicos y otras novedades que yo no conocí. Yo abandoné las aulas hace dieciséis cursos.
Todos escuchan " embobados " que decimos en Cereceda - mis anécdotas de los años que pasé - cuatro en total - en una escuela unitaria.
Ellos desconocen el significado de " maestro de pueblo " y cómo se trabaja en una escuela unitaria con 40 niños de " todas las edades."
Una de las cosas que más ha llamado su atención han sido mis explicaciones de " mi pizarra y mi pizarrín " y de las pizarras de piedra que había en las Escuelas de Cereceda.
" Un día las taparon con yeso y allí siguen ocultas bajo una capa blanca guardando las enseñanzas de maestros y maestras y los sudores de niños y niñas. ¡ Qué malos ratos pasamos junto a la pizarra resolviendo problemas ¡.
Yo me atrevo a pedir, " con el debido respeto," a las autoridades de Cereceda que, si algún día arreglan el interior de las escuelas, piquen las paredes y dejen al descubierto las pizarras .
Foto www.google.es
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