GATO ENRATADO NO QUIERE PESCADO
Mi padre decía que quien se acostumbra a comer queso de cabra, luego no quiere el queso de oveja. También decía que quien prueba el cabrito no quiere el cordero.
Las personas y los animales nos acostumbramos fácilmente a un tipo de comida, propia de cada región, o de cada pueblo, o de cada familia.
Sacarnos de esas costumbres supone una " ruptura " con nuestra mentalidad y con nuestro " buen comer."
Tengo amigos a quienes les agrada el jamón - yo soy salmantino - pero prefieren la cecina. La carne seca de algún animal que para ellos es un " bocado del cielo."
El gato está acostumbrado a comer carne, sobre todo, si para defender los " bienes " de su dueña, necesita alimentarse de ratones.
El día que los ratones " desaparecen " y la dueña le suministra pescado de comida, el gato se queja, refunfuña, maldice su suerte, y se tendrá que comer el pescado.
Yo he escrito que " Cereceda es el pueblo de los gatos " porque éstos se trasladaron desde Cilleros río Yeltes abajo, cuando se cerraron los almacenes - celleres - que el Conde de Miranda tenía en Cilleros.
Los gatos buscaron un pueblo que tuviera abundantes matanzas, maíz, trigo, productos que " atraen " a los ratones.
Cereceda cumplía esas condiciones y hasta allí, por el camino de la Peña el Gato, se trasladaron desde Cilleros.
Es posible que algunos pensaran vivir en las rocas de la Peña junto al río Yeltes, pero pronto desistieron de ese lugar y se acercaron por la Vega, la Azebea y las Eras hasta el pueblo.
La búsqueda de alimento apropiado a sus costumbres arrastró a la familia gatuna de Cilleros hasta Cereceda.
Foto es.images.search.yahoo.com
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