EL ACEITE ES curandero, armero, relojero y cerrajero.
Mi madre usaba el aceite para multitud de remedios caseros :
¿ Te has torcido un pie ? Pues unas friegas de aceite de oliva, de la que ella compraba a los " jurdanos " o le proporcionaba un amigo del Soto.
¿ Que no puedes respirar bien ? Pues unas friegas en el pecho y ... curado.
¿ Que te ha salido un grano - divieso en Cereceda - pues la solución está en poner un trozo de cebolla bien untada de aceite para que el grano " madure " y se " reviente."
Si te ha picado una avispa, lo mejor, es mojar con aceite la zona de la picadura.
Los cazadores del pueblo usaban el aceite de oliva en sus armas para engrasarlas.
El relojero del pueblo te aconsejaba untar la maquinaria con una gota de aceite.
Para abrir bien las puertas, lo mejor era unas gotas de aceite en el cerrojo.
Desconozco si todas estas virtudes del aceite eran auténticas en la vida de los pueblos, salvo aquellas que mi madre aplicaba.
Hace unos días un cerrajero se enfadó conmigo por haber puesto dos gotas de aceite en una cerradura. Me explicó que el aceite es perjudicial para las cerraduras. Yo le expliqué lo que dice el refrán, y él, con una sonrisa, me dijo : " Las cerraduras de las casas y corrales de los pueblos, esas llaves que pesan medio kilo, es posible que necesitasen unas gotas de aceite para funcionar, pero las modernas " odian " el aceite. Hay otros productos para engrasarlas.
De relojes y armas, nada digo, pues nada entiendo.
Foto 123RF
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