" QUE SE VEAN LAS CABRAS Y LOS CAREAS "
Fructuoso nació el último día del mes de junio, que era el primer día en el que las cabras se quedaban en el monte, y su padre, de profesión ganadero y cabrero, se lo encontró acostado en la cuna de madera de sus otras dos hermanas, hecha por el carpintero del pueblo, cuando llegó a media mañana desde las Corralizas.
- Este muchacho va a ser un buen cabrero y le va a gustar dormir en el campo con las cabras en el verano y en el tardío.
La madre del muchacho, que se llamaba Esmeralda, aunque la llamaban Mere, se rió al escuchar al su marido, porque ella quería que el su muchacho - un capricho del su marido porque ella decía que con dos muchachas ya tenían bastantes hijos - fuera " algo mejor " que cabrero.
Pero los años pasaron y el muchacho , que celebraba su cumpleaños el 30 de junio - al día siguiente de San Pedro - se " embiscó " con el ganado y se convirtió en ganadero y cabrero.
Hoy tiene " unas cuatrocientas cabras " y ha montado una ordeñadora moderna y un depósito para la leche, porque el camión se la recoge tres veces por semana, y vive feliz en el monte y en las tierras durante la rastrojera.
- La pena es que Rodemira y yo sólo hemos tenido una muchacha y un día se fué a la capital a estudiar y es pediatra y cura a los niños de media ciudad y a los tres suyos, una niña y dos niños, y ninguno de los dos nietos quiere ser " cuidador de cabras ", que eso de cabrero " suena mu mal ".
- Hágame usted la foto, que se vean bien las cabras y los careas, que el cabrero " es lo de menos ".
¿ Qué mira Fructuoso ?.
A la joven periodista y fotógrafa, llegada de la capital para hablar de la ganadería en un pueblo de la España Vacía.
Foto pinterest.es
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