domingo, 15 de marzo de 2020
EL TEMPLO DEL DOMINGO ( continuación )
Y no todos los pueblos disponían de frontón.
Hoy sí, a lomos de subvenciones y épocas boyantes, hasta la aldea más pequeña disfruta de su frontis, a uno o dos paredes, dependiendo de la geografía urbana. Pero antaño el frontón era cosa de pueblos ricos formando parte de su Santísima Trinidad, a saber : Iglesia, Ayuntamiento y Frontón. Y si no alcanzaba para frontón independiente, se aprovechaba pintando la línea a la pared de la iglesia u otro hastial que fuera murete fuerte para soportar la embestida.
La pelota también tenía su aquel, fabricada a mano, en la artesanía casera de las cosas que duran, a base de neumático de coche ( tesoro era encontrarse semejante material entonces ), pero si se rebuscaba bien, donde el campo del tractor del tío Laure, se encontraba alguna " mieja de rueda."
Se cortaba en tiras con la tijera, para después con paciencia y bien apretada ir formando la bola, o el ovillo que así se llamaba.
Luego se iba envolviendo con esparadrapo, pegamento universal que dejaba la bola votante y más lisa que cosida a tela.
Así se jugaba. Sencillamente. "
Fotos Revista PATALOSO, Dos fotos del juego pelota de Cereceda.
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