LA BURRA MARINA Y EL PERRO LUCAS
A Gervasio siempre le ha gustado poner nombres de personas a sus animales.
Así tiene vacas que se llaman Dolores o Mari Carmen, ovejas como Nieves o Madalena, un borrego grande y " fiero " al que llama Rafael, sin que sepamos muy bien el porqué de esos nombres.
A la burra la llama Marina porque la compró a un gitano que llevaba una recua de burras y de mulos el día de Santa Marina. Él no sabía que ese día era la fiesta de Santa Marina pero pasó por la plaza el cura del pueblo, y Gervasio le dijo :
- Don Fabián, ¿ Qué santo es hoy ?.
El cura sonriendo le contestó con una pregunta :
- Gervasio,¿ No pensará ponerle a la burra el nombre del santo del día ?. Todos en el pueblo sabemos que a usted le gusta poner nombre a sus animales. Pues hoy es Santa Marina. Una santa...
- Don Fabián, muchas gracias. Ya está bautizada mi burra : la llamaremos Marina.
Y desde aquel día, la burra se llama Marina.
El perro se llama Lucas porque fué Lucas, el cartero del pueblo, quien lo crió y se lo regaló.
- Gervasio, te regalo un perro. Todavía no tiene nombre.
- No te preocupes, Lucas. Mi perro se llamará como tú.
Y desde aquel día, el perro se llama Lucas.
En Cereceda todos los perros y las perras tenían nombre. También los burros tenían nombre, pero era el nombre del dueño o de la dueña : ésta es la burra de Jacinto, aquélla es la burra de Nicanor, ése es el burro de Alodia y aquél es el burro de Chema, el herrero.
Esas cosas ocurrían en Cereceda hace muchos años; tantos que la gente ya ha olvidado los nombres de los burros y las burras de la " borricá."
foto pinterest.es
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