ARCO IRIS AL MEDIODÍA. lluvia todo el día.
Este refrán lo conocían muy bien los " gatos ", entre los que se contaba mi padre.
En el mes de abril teníamos trabajos en los huertos.
La siembra de las patatas era el trabajo principal, pero también íbamos a buscar hoja o a sacar raíces.
El sacar raíces era un trabajo muy ventajoso porque, además de proporcionarnos leña para la lumbre que en abril era muy necesaria pues hacía frío, permitía que nuestras tierras linderas con el monte aumentaran de tamaño.
- Hoy como no tenemos nada que hacer, vamos a sacar raíces a la Monte la Rade. decía mi padre, aunque la mañana había amanecido oscura y el cielo cerrado de nubes.
Yo me iba a la escuela, pero antes le preguntaba si tenía que ir a llevarle la comida o se bajaba a comer a casa.
A media mañana comenzaba a lloviznar y a la hora del recreo Don Lamberto no nos dejaba salir a jugar.
Entonces yo miraba hacia la sierra y hacia el Codorro y, si veía el arco iris, me olvidaba de ir a llevar la comida .
Mi padre me había enseñado que, si el arco iris aparecía al mediodía, la lluvia iría arreciando cada vez más por la tarde.
Yo me quedaba en la escuela hasta la salida - a la una y media de la tarde - y me marchaba a comer a casa.
Allí me encontraba a mi padre, sentado a la lumbre y renegando porque la lluvia le " había echado a perder el día " porque había sacado pocas raíces de las matas de bardas alrededor de la tierra y, además, habría que ir otra mañana a " sacudirlas " antes de traerlas con el carro hasta el leñero del corral.
Esa tarde también iría a la escuela con gran regocijo para Don Lamberto, que se enfadaba con las familias cuando los muchachos " por A o por B faltaban a la escuela ".
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