lunes, 21 de mayo de 2018


HASTA LOS GATOS QUIEREN ZAPATOS





Es una forma educada de llamar la atención a quienes tienen pretensiones muy elevadas, o por encima de sus méritos, a quienes desean sobresalir y parecer más de lo que son.
Es una frase " muy propia " de Cereceda. No solamente porque a los de Cereceda nos llaman " gatos " sino porque en el pueblo se utilizaba mucho la frase.
Siempre la he conocido en masculino, los gatos, y nunca la escuché en femenino, las gatas. Una razón puede ser porque quienes dicen la frase suelen ser las mujeres. Es una frase típicamente femenina, en boca de las mujeres.
La frase no se utiliza en femenino : Si hasta las gatas quieren zapatos.
- ¿ Quién se ha creído ése que es ?. Ahora, hasta los gatos quieren zapatos.
- ¿ Ése, torero ?. Pero si hasta los gatos quieren zapatos.
- Niña, dile a tu amigo que no presuma tanto. No, si hoy hasta los gatos quieren zapatos.
Recuerdo con una sonrisa que en unas vacaciones veraniegas una " gata " me comentó las ínfulas que tenía el hijo de su vecina porque había aprobado para un " puestecillo ", según ella, en el Ayuntamiento de una  ciudad.
Como la " gata " veía que yo le hacía poco caso a lo que ella " peroraba " me dió " lindes y arrabales " de ese " puesto municipal " y la poca categoría que significaba. Entonces yo le solté esta frase :
- María, si hasta los gatos quieren zapatos.
Todavía se está riendo al darse cuenta de que la palabra " gato " se refería a un " hijo de Cereceda " y no a los " misinos " de la frase castellana.

                        Foto  www.google.es

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