jueves, 24 de mayo de 2018
LAS COLMENAS
El " dujo " ( del latín dolium que significa vasija ) era un tronco de árbol. Podía ser roble o rebollo u olmo, pero nunca de pino porque " el olor a resina " espanta las abejas.
Para convertirlo en una colmena se corta un tronco de un metro de largo, se vacía el interior con gubias, martillos y una barra metálica, llamada la " pata de pico de espuela ", hasta donde podían recoger los panales, Se debe dejar un espacio para la comida de las abejas, principalmente, durante el invierno.
Más tarde se abren las piquetas que son los orificios de entrada y salida de las abejas. En esos agujeros se coloca una pequeña repisa, zona de parada de las abejas que ni salen ni entran directamente en el panal.
Otro paso consistía en reparar los huecos o grietas con moñigas de vaca o con barro, que al secarse aíslan el interior.
El " dujo " se utilizaba de pie, apoyado en una " lancha " de pizarra y con una tapa de madera en la parte superior. Sobre ella se colocaba otra lancha.
La cata u ordeño del producto se hace dos veces al año - final de otoño y en los meses de julio o agosto -
En ese momento aparece el ahumador, pues el humo hace que las abejas se recojan en el interior del dujo y se tranquilicen " cuando se ponen necias," permitiendo el trabajo del apicultor.
En las alquerías de Las Hurdes las colmenas estaban en los huertos, junto a las casas. Cada vecino tenía dos o tres colmenas, " para el consumo de casa." Un amigo de mi padre, que nos surtía de miel a cambio de garbanzos, alubias o patatas, tenía unas treinta colmenas en un huerto cerca del río y de la alquería.
Foto www.google.es
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