jueves, 24 de mayo de 2018
LOS GARBANZOS VIUDOS
Un amigo, enamorado del " cocido madrileño " me ha contado su último viaje a la capital de España para visitar una Exposición de arte. El viaje comprendía una comida en un restaurante típico.
- El plato era un cocido madrileño - me ha dicho.
Yo, que soy un defensor de la cocina de mi madre, le he hablado de los garbanzos de Cereceda.
Se echan a ablandar el día anterior. Se les pone en agua con un puñado de sal la tarde antes. Al día siguiente en un puchero de barro se cuecen en la lumbre del suelo a lo largo de la mañana. El agua que se consume se le añade del " puchero chico " que sirve de tapadera al puchero grande. Hay que añadirle siempre el agua necesaria, pero caliente.
Las " tajás " son a gusto de la cocinera.
- Y de lo que haya en la despensa. Tocino, chorizo, huesos..
- Y un buen relleno que se añade cuando los garbanzos ya están a punto de comerlos.
Ahora se han inventado la sopa de fideos . Un plato de sopa antes de los garbanzos.
Mi padre no quería sopa. Le gustaban los garbanzos con caldo.
Cuando se iba quedando la despensa " sólo para telarañas " mi padre hablaba de " los garbanzos viudos."
Unos garbanzos con poco tocino, sin chorizo, sin huesos de cerdo.
- " Era lo que había " me dice una " gata " desde Cereceda, cuando le pregunto por el cocido de garbanzos.
- Comíamos garbanzos en invierno, en primavera, en otoño y en verano. Se podían contar con los dedos de una mano los días que no comíamos garbanzos.
- Hasta el día de la matanza comíamos garbanzos.
- Pero ese día eran garbanzos " recién casados. "
Foto www.google.es
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