jueves, 24 de mayo de 2018
LA HORCA DE HIERRO
Yo tengo en mi huerto una horca con el mango de madera y los dientes de hierro.
Mi horca está " mocha " pues tiene solamente tres dientes. El otro debió perderlo en alguna batalla contra la basura o la maleza de algún campo.
Yo la recuperé de las proximidades de una escombrera, a la que alguien la había arrojado " sin piedad "
Mi horca tiene poco trabajo. Está, " más bien," de adorno.
Me gusta mi horca. Me trae recuerdos del pueblo. Recuerdos de sacar el estiércol del corral, de los pocilgos, de los chicorzos, de esparramar el estiércol en las tierras, de rozar las zarzas en los " praos," de recoger las hojas de los chopos y amontonarlas en una esquina, ...
Mi padre utilizaba muchas veces la horca de hierro.
Mi madre renegaba cuando nos veía a mi hermano o a mí con la horca de hierro en las manos.
- Se la van a clavar en un pie - era su sentencia.
Su mango está muy " gastado " del sudor de las manos del anterior propietario. Seguramente ha trabajado muchos días en diferentes labores.
Yo la tengo " jubilada " en mi huerto y ella me produce " júbilo " cada vez que la cojo entre mis manos. Me devuelve a mis años de la niñez, en Cereceda.
Foto es.wikipedia.org
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario