lunes, 29 de junio de 2020
APOYADA EN LA PUERTA DE ABAJO
Ésa era una costumbre muy normal en la Cereceda de hace 70 años.
Una vecina llamaba a la puerta. La mujer que estaba dentro, se quedaba en el portal de su casa, pero para hablar se apoyaba en la puerta " de abajo."
Ahí llegaba la charla : una con los brazos sobre la madera de la puerta, la otra apoyada en el palo de roble o de encina, que los años necesitan tres " patas " para mantenerse en pie.
He visto muchas conversaciones de esa guisa en la Cereceda de mi niñez.
El tiempo para algunas mujeres mayores era tan poco importante que su mayor preocupación era cómo llenarlo.
- Como ya he hecho los oficios de la mi casa, me he dicho me voy a hablar un rato con la mi comadre.
En Cereceda la categoría de comadre era muy importante. Había comadres que se llevaban mejor que si fueran hermanas.
- Luisa y yo somos comadres por partida doble : ella es la madrina de la mi Rosa y yo soy la madrina de la su Asunción. Para mí es mucho más que muchas de la mi familia.
¿ De qué hablan ?.
Dejemos para otro día los detalles de la charla.
Foto pinterest.es
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