martes, 23 de junio de 2020
ME PREGUNTO SI LAS ESTRELLAS SE ILUMINAN con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.
El Principito Antoine de Saint-Exupéry
Cereceda puede presumir de tener un cielo precioso de noche : un cielo estrellado.
En invierno las noches son hermosas, con estrellas que tililan de frío y parece que se van a venir a tierra, " parece que tiritan de frío ", decía mi tío Horacio.
"En primavera y en verano, si te alejas hasta la Poza puedes contemplar una inmensidad de estrellas, puedes ver el Camino de Santiago y te maravillarás al ver cómo lucen las estrellas, si es una noche sin luna." Estas palabras te las dirán las gentes del pueblo, acostumbradas a ver el cielo desde las tierras o desde los huertos.
Yo opino, como el Principito, que cada persona tiene una estrella en el cielo para él y que es bueno conocer esa estrella y dirigir los ojos hacia ella en las noches de miedo, de frío o de calor.
Desde mi huerto, lejos de la luminosidad artificial de los municipios próximos, puedo ver las estrellas, y me gusta buscarlas en un atlas y reconocer sus nombres.
Alguna noche aparecen en el cielo las luces intermitentes de algún avión que lleva turistas a su país del Norte de Europa. Me da un poco de pena que ellos hayan pasado por el cielo mediterráneo, quizás, sin molestarse en mirar las estrellas. Es posible que en su país les cueste verlas.
Mi tío Horacio me asignó una estrella para mí. Una estrella que se veía enfrente del pico más alto de la cruz del campanario. " Así podrás encontrarla fácilmente siempre que, de noche, vayas de tu casa a casa de la abuela ", me dijo.
Era una hermosura dormir en las Eras o en el Teso, cuando " andábamos " de limpia, y ver todo el cielo estrellado.
La pena eran los violeros que nos " comían " a picotazos, pero nadie nos podrá " quitar nuestras noches en la era."
Foto bbc.com
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