LA VIEJA ESCUELA
Lo que más me impresionó siempre fué la tarima de madera en la que estaba subido Don Lamberto.
Una igual había en la Escuela de las Niñas.
Cuando yo comencé a ejercer la profesión de Maestro Nacional, me encontré que en las escuelas en las que ejercí no había tarima.
Si los alumnos se acercaban al maestro se subían a la tarima.
La tarima de la Escuela Unitaria de Niños de Cereceda era grande .
Cuando nos poníamos a leer en un libro manuscrito con algunas manchas y borrones, cabíamos todos los mayores en lo alto de la tarima.
Y, en las mañanas de frío " gatuno ", todos los pequeñines nos acurrucábamos " alredor " del brasero, subidos en la tarima.
En una ocasión me atreví a comparar la tarima de la escuela con la tarima de madera que colocamos en la zona del altar de la iglesia al restaurarla.
Recuerdo que alguien - un señor " gato " - me dijo: " Es un símbolo de autoridad ".
Ahí aprendí la importancia de la tarima.
Foto pinterest.es
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