SOÑAR CON UN DISFRAZ
" Hay que guardar siempre un poquito de realidad para aquellos sueños imposibles "
En mis años " colegiales " pude disfrazarme alguna Navidad como pastorcillo y como hombre del campo con gorra y cayá.
En las fiestas de Carnaval también me disfracé en mis primeros años como " Maestro de Escuela ".
La vida en la ciudad me proporcionó algunos disfraces.
Recuerdo tres disfraces con un gran cariño:
. Un año fuí el rey Melchor para la gente menuda de un colegio. Leí un discurso y repartí juguetes sin ser reconocido por ningún alumno ni por ninguna alumna. Mi capa dorada y mi barba " melchariega " supieron disimular mi exterior y un cambio en mi tono de voz y el " adivinar " los nombres de la " gente menuda " nombre hicieron el resto.
. Otro año con traje de moro " muchamelero " - me lo prestó un amigo de Muchamiel ( Alicante ) - fuí el paje del rey mago Baltasar. Repartí regalos a muchas personas porque " mi " Rey repartía sonrisas y promesas " a tutiplén " en idiomas que él se inventaba.
. Mi mejor disfraz me convirtió en Papá Noel repartidor de caramelos y " chuches " en el centro educativo en el que impartía las clases de Lengua Castellana. Todas las palabras que pronuncié fueron en francés o en inglés o en valenciano. Quizás, por utilizar esos idiomas, no fuí reconocido " como el profesor de castellano ".
Quise ser payaso y arlequín y bombero pero la ocasión de disfrazarme y convertirme en esos personajes, nunca se presentó.
Foto pinterest.es
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