CHISPITA

Siempre presumió de su nombre - CHISPITA - y de la belleza de sus cuernos.

Cuando nació, un día muy frío del mes de diciembre con aguanieve en la zona del Valle Trigal, el cabrero la acercó a la lumbre que había preparado para calentar su merienda, después de que su madre la " lamiera " y ella tomara los primeros calostros.

El viento cierzo que se colaba entre los robles era tan gélido que el cabrero temió que se muriera de frío y la acercó tanto al fuego que una chispa saltó de la lumbre y cayó sobre la frente de la chivina.

El dolor hizo que lanzara al viento del mediodía su lamento y al cabrero se le ocurriera en aquel momento el nombre que le aconsejaría a su dueña que le pusiera cuando llegara a La Esquina y viera a la señora Francisca, que cada tarde esperaba junto al transformador de la luz la llegada de las cabras.

Chispita fué bautizada en el Valle Trigal y tuvo como padrinos al cabrero, que se llamaba Melandrio, aunque todos lo llamaban Landrio, y a la carea Pipi que se sentaba siempre junto a la lumbre a la espera de las órdenes de su dueño  y de algún rescaño de pan y hasta del " corato " del tocino frío que era una parte de la comida del cabrero.

Y así se llamaba la cabrita cuando yo la conocí un día de verano en Las Salgaeras mientras su dueña la ordeñaba.

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