PARADA Y CIGARRO
Si la lluvia aparece se calza sus botas de agua - las mismas que utiliza cuando acude al linar de La Alameda a regar las hortalizas que tiene plantadas - y recorre cualquiera de los muchos caminos que llevan a los linares en el término municipal.
Un " cacho palo " de los que tiene junto a la puerta del corral, le sirve de ayuda en su caminar.
Hoy ha ido a la zona de las Nogalitas por la carretera Sequeros pero a la vuelta se ha metido por un viejo camino, hecho por los carros para sacar la " hoja, " cama de los corrales " y los " secarones " de los robles, camino que pasa por el Mato y la Acebea hasta salir a la carretera la Peña el Gato..
Antes de abandonar la zona de la dehesa boyal, se ha detenido junto a un viejo roble en el que alguna vez una " buena " persona colocó un banco.
Un banco tan sencillo que solamente tres palos - dos colocados en vertical y uno en horizontal - sirven para detenerse a " liar " un cigarro.
A Bernardino - al que en el pueblo llaman Berna - le gusta fumar tabaco de petaca, metido a " empujones " en un papel de su librito zig-zag y encendido con su " chisquero " , regalo de su padre y que éste lo heredó del suyo.
Bernardino recuerda cuando, siendo niño, era capaz de encender el cigarro de " patatera " con dos piedras de pedernal.
Hoy quizás llegue tarde a la hora de la comida, pero un cigarro, fumado entre los robles de la dehesa boyal del su pueblo, " bien vale " el sermón que le va a echar la su mujer.
Foto pinterest.es
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