LA HEBRA DE MARIMOCO
La frase dice " la hebra de Marimoco que cosió siete camisas y le sobró un poco."
Significa que con pocas palabras se puede explicar el tema sin dar tantos rodeos ni añadidos.
La primera vez que escuché la frase, y me quedé con la boca abierta, fué de labios de mi tía en casa de mi abuela Fausta.
D. Antonio, el párroco del pueblo, había invitado a D. Miguel González, que había iniciado su vida sacerdotal en Cereceda en el año 1.942, y que acudía al pueblo algunos años durante las Navidades a casa de Felicitas y de su hermano el P. Macías, a echar el sermón el día de Navidad.
Entonces era corriente que el sermón de una Fiesta grande lo echara un sacerdote diferente del Párroco, mucho más, si el Párroco, como le ocurría al de Cereceda tenía que celebrar otras dos misas.
D. Antonio subió a los Pueblos, Cilleros y La Bastida, y D. Miguel González dijo la misa en Cereceda.
Mi tía lo invitó, junto con Pepe el fraile, como lo llamaba mi tía pues eran de la misma edad y muy amigos, a tomar café y una pasta tras la comida en casa de Feli.
Yo, que ese día había comido en casa de mi abuela como casi todos los domingos y " fiestas de guardar ", me autoinvité a las pastas, que solían ser rosquillas hechas por mi tía y que eran un dulce exquisito.
Tras los cafés y las rosquillas empezaron a hablar del sermón de D. Miguel, y mi tía le dijo : Nos ha echao un sermón de media hora pa decirnos que hoy es Navidad y ayer fué Nochebuena. Parecía " la hebra de Marimoco que cosió siete camisas y le sobró un poco ". Pa decir lo que dijo no le hacía falta ni hilo.
Pepe el fraile le recordaba la frase a todos los curas que venían a predicar a Cereceda : " Poco hilo en el sermón de San Marcos o de San Pablo o de la Navidad."
Pepe el fraile, el Padre José Manuel Macías, era miembro de la Orden de Predicadores, los Dominicos, y sus sermones en Cereceda duraban cinco minutos " de reloj."
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