SENTADOS AL MACHADERO LA PUERTA

" El machadero la puerta " era el lugar en el que las " gatas " de hace muchos años machaban el lino que, una vez segado y lavado, utilizaban para hacer sábanas, camisas, costales o fardeles.

En el machadero de la puerta me he encontrado a los matrimonios de Cereceda que se han quedado solos.

Los hijos han volado y ahora " estamos como dos novios sentados a la puerta después de comer, pero separaos por si acaso sale su madre a oler ", me dice una señora " gata " sonriendo con el recuerdo de hace muchísimos años.

La mujer se dedica a hacer ganchillo porque los calcetines y los jerseys y los gorros de lana de las ovejas ya no se llevan, y, además, si ya no tienen ovejas.

El marido se sienta en el otro lado de la puerta , " así no reñimos ", me dice sonriendo el tío Juan  que hace años que dejó el trabajo en el monte para descansar " los años que Dios me dé de vida ".

A su lado la cayá, que, como dice el médico, " es la mi tercera pierna y la única que está sana " Esta cayá lleva conmigo media vida. La hice yo de una barda que traje de p´al Aceitero y la tuve una noche y un día en el horno después de que la mi mujer sacara el pan."

Ahí, sentados cada uno en un machadero, guardarán la entrada de la su casa y esperarán sin mirar el reloj a que el sol se vaya " porque ya no tenemos ná que hacer, no tenemos vacas, ni cabras, ni ovejas, ni gallinas."

- Sólo tengo una gata vieja y dos gatinos chicos, sentencia su mujer.

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