miércoles, 7 de septiembre de 2022

 EL EXPRIMIDOR








En mi casa hay un exprimidor de naranjas eléctrico,

Lo enchufas, colocas la naranja partida por la mitad, y ¡ zas ! en " un abrir y cerrar de ojos " ya está el zumo en el vaso,

Para mí es demasiado rápido.

A mí me gusta cortar la naranja por la mitad, colocar una mitad, apretar y girar, y girar, y girar hasta que la última gota de zumo caiga en el vaso.

Mis naranjas las he visto aumentar de tamaño día tras día y ahora me entristece verlas desaparecer en un santiamén sin ni siquiera despedirme de ellas.

El progreso está muy bien pero se pierde con él la " naturalidad " de hacer las cosas a mano y lentamente.

Yo conservo con especial cariño un exprimidor de plástico, verde y blanco, que hace muchos años compré por un precio que hoy parece ridículo en una tienda de " Todo a cien ".

En aquel entonces me pareció un precio muy elevado pero era casi un " capricho ".

Hoy aquellas cien pesetas son solamente unos céntimos de un euro.

Aquel exprimidor es un recuerdo de las primeras naranjas de mis naranjos, cuando contaba las naranjas que tenía cada árbol y las anotaba en un papel.

Hoy los naranjos tienen bolsas de naranjas, y la libreta y el lápiz de " apuntar " los datos de la cosecha han desaparecido porque ahora es el ordenador quien me recuerda, cada día, la cosecha del año anterior.


Foto  pinterest.es


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