¿ SE COMPRA O SE VENDE EL MARRANO ?
La escena ocurre en el Ferial de Tamames.
Tamames era el pueblo en el que cada martes se celebraba una feria de ganado.
En la ladera de la sierra, famosa por la batalla contra las tropas francesas, se celebraba la feria.
En mis recuerdos las fotos de " gatos " o " gatas " que acudieran al ferial para vender marranos deben haber existido solamente en mi imaginación. Los marranos de Cereceda, garrapines o cebones, se vendían en el pueblo.
Tengo recuerdos de marranos atados con una volvedera por la pata derecha y gruñendo toda la mañana en el ferial. Eran siempre de algún aparcero de las dehesas cercanas que así sumaba unos reales al sueldo que le pagaba el dueño del cuarto de la dehesa.
Era costumbre que al morir el propietario de la dehesa, la finca se dividiera en partes entre los hijos, y que cada uno pusiera un nuevo nombre a su cuarto.
Recuerdo que en una ocasión le dije a mi tío Horacio que los señores - solían tener títulos de duque o de conde o de marqués - no sabían dividir porque sólo tenía dos hijos y a cada uno le tocó un cuarto. Ni sumar porque sumando dos cuartos salía una dehesa entera.
Mi tío me explicó que él siempre había oído hablar del Cuarto de Arriba y del Cuarto de Abajo, aunque cada Cuarto ocupaba media dehesa de encinas con ganadería de toros bravos.
Cosas del idioma castellano que yo no entendía entonces y sigo sin entender hoy día.
Foto pinterest.es
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