UN CIGARRO BIEN LIADO
En Cereceda había buenos " artistas con el tabaco y el papel de fumar ".
A mi padre le gustaban los cigarros " gordos " para lo que se echaba en la mano " medio kilo de tabaco " y luego necesitaba un refuerzo de papel de fumar.
Sentado en una piedra y apoyado en la pared del huerto, viendo pasar los coches por la carretera, le gustaba fumarse un cigarro.
A esa reunión acudía el tío Cesário y, allí, sin contaminación de la cocina, se fumaban uno tras otro los cigarros que les diera tiempo hasta acudir al trabajo.
Los dos fumadores necesitaban mucho " librito " porque sus cigarros eran panzudos.
Los llamaban cigarros " preñaos ", muy gordos en el centro y con las dos puntas muy finas, y con un refuerzo de un papel cruzado - " atravesao ", decían ellos - en el centro.
No recuerdo haber visto con un cigarro en la boca a ninguna " gata " en mis años infantiles,
Sí recuerdo a muchas " gatas " renegando porque el " mi marido quema todas las pecheras de las camisas con los tronchos de los cigarros que fuma ".
Foto pinterest.es
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