APAÑANDO ACEITUNAS se hacen las bodas
Hoy me he encontrado con un amigo " bellotero " de la zona pacense cercana a la Raya portuguesa y hemos comentado los " amores " hispanolusos, mozos belloteros y mozas portuguesas. También algún portugués enamorado de una moza " bellotera ".
Le he preguntado si esos amores en la Raya se hacían cogiendo aceitunas.
Se ha reído un rato, no solamente él sino su esposa también, y me ha respondido con la letra de una copla del folklore extremeño:
Apañando aceitunas
se hacen las bodas.
El que no va a aceitunas
no se enamora.
Yo les he contado que en Cereceda se hablaba de la Fuente Chica y de la Fuente Grande como los lugares más apropiados para encontrar amores, aunque yo no recuerdo ver a ningún " gato " acompañando a una " gata " con la cántara de agua en la mano por el Chapatal o por la Esquina.
La " sabiduría " popular busca situar el nacimiento de un amor en algún lugar determinado dentro del término municipal : La toma de las Matas, la fuente la Azebea o el río Cerezo en el Periquito durante el verano. La salida del Rosario al anochecer, alguna mesa de hacer chorizos o la espera de las cabras en la Poza o en la Esquina, durante el invierno.
Siempre recordaré con especial " cariño " la confesión de un " gato " y de una " gata " que me confesaron que su amor nació entre los trigales de Valdecarros al regresar un año de la Romería de Santa Cruz a Zarzoso.
- A la mi muchacha le pusimos un nombre que nos recuerda esa fiesta, me confesó la señora " gata ".
Recuerdo algunos amores imperecederos nacidos mientras se guardaban las " ovejas del queso " en algún cercao o en algún linar sembrado de cebada para comerla en verde.
Foto Google.com
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