COMO BURRA EN UN GARBANZAL

Esta frase la escuché muchas veces en la taberna.

Se la escuché a los jugadores de brisca.

El corro de la brisca, formado por los seis jugadores sentados " alredor " de la camilla y los pies  en el brasero de cisco, sumaba muchos domingos más de 450 años.

Era la camilla de los viejos " gatos ", que iniciaban la partida en silencio y a la terminación del primer juego, ya se escuchaban sus voces desde la carretera del Chapatal.

- Tú juegas las cartas como burra en un garbanzal. Las vas tirando sobre la camilla como las tienes colocás en la mano. Si no miras nunca a la cara de tus compañeros . . . 

- Pero si no sos ve la cara con tanto humo de los Ideales, se quejaba el jugador al que reprendía el " jefe " del trío.

Los cigarros del paquete de Ideales se encargaban de transformar el ambiente de la sala grande de la taberna en un túnel, del que más de una vez, tuve que " destapar la otra salida, abriendo la ventana de la sala ".

En Cereceda se sembraban garbanzos en muchos linares porque no había agua suficiente para sembrar patatas.

En esos linares los garbanzos, sembrados a mano con la azada chica y en unos surcos gordos como " caballones, " se daban muy bien.

Pero esos linares tenían las paredes de piedras con algunos portillos y si una burra se escapaba de la " burricá " o se salía de algún cercao, acudía al garbanzal, el linar sembrado de garbanzos.

La burra se dedicaba a arrancar " parreras " y a mordisquearlas, " porque si se come diez parreras el destrozo es chico, pero no, la burra se dedica a arrancar y arrancar parreras y a esparcir las gárgolas por to el linar " , le decía el juez de paz al dueño de la burra ante la denuncia del dueño del linar.

La burra, como el jugador de la brisca, iba arrancando parreras, mordiéndolas y dejándolas caer sobre los surcos como el tío Julián hacía con los ases y los treses, o las sotas, los caballos y los reyes.

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