miércoles, 5 de julio de 2023

ME ESTOY QUEDANDO SORDA





En Cereceda siempre ha habido muchos " gatos " y " gatas " con un inapropiado funcionamiento del oído.
En mis años de niñez eran " famosas " las conversaciones del señor Narciso - el abuelo de mi amigo Ciso - y el señor Daniel, que vivía a la Poza y era el abuelo de mi amigo Tinín de Arroyomuerto.

- Los dos están sordos como una tapia, decía la gente.

 Cuando éramos gente menuda teníamos muy buen oído pero " con el paso de los años la gente se volvía sorda ".

Don Juan, el médico del pueblo le " achacaba la sordera al agua tan fría de las fuentes y pozos con la que nos lavábamos los oídos tanto en verano como en invierno.

Mi madre decía que era porque nos bañábamos con el agua " helada " del río Yeltes en verano.

Cuando dos mujeres se sentaban al carasol de alguna brigada de casas o a la sombra de las casas o los corrales en verano, se veía a una de ellas " hablando a la otra al oído ".

- Me pone enferma visitar a mi comadre Nice porque está sorda como una tapia y aunque le hable a la oreja no me escucha. Tengo que gritarle las palabras y se entera to el barrio, se disculpaba una " gata " cuando yo le advertí que tuviera cuidado porque entre su comadre y ella " los secretos eran a voces ".

Esta tarde de domingo se han sentado a la puerta sobre el machadero y han dejado en la cocina el costurero y el dedal y las agujas para contarse la una a la otra las noticias de sus hijos y sus nietos.

- El mi muchacho Jerín - el más pequeño de los mis tres hijos - se casó con la muchacha de la Nice hace ocho años por la Fiesta de la Peña. Habían sido novios desde la escuela y, como éramos vecinas y ajuntábamos el " atajo " de las ovejas del queso pa llevarlas a los praos, pues al mi marido y a mí nos pareció bien que se casaran. Me pareció mal que se fueran pa Madrid, pero es que el muchacho de la mi comadre trabajaba de conductor en los autobuses de la capital y no quería perder el trabajo. ¡ Y poco que le gustaban las tierras y los huertos . . . !. Esta tarde nos hemos sentao a la puerta a hablar del nieto que se llama Ramón como el mi marido y de la nieta que se llama Nice como la su abuela. Que aquí es tradición que uno lleve el nombre de unos abuelos y la otra lleve el nombre de los otros abuelos.

- La mi comadre dice " que se está quedando sorda y que pronto tendrá que ir a la capital a comprarse un " aparato " como el de Don Julián, el veterinario " viejo ", que lo oye tóo aunque le hables mu bajo.

" Achaques de la vejez " que decía el tío Eugenio, el padre de Cecilia, la amiga de mi madre, que se quedó soltera y le gustaba " cuidarme " cuando yo era niño.

Foto pinterest.es



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