EN JULIO NORMAL, seco todo manantial
Ese refrán era bien conocido en Cereceda porque, si la siega se retrasaba y teníamos que alternar la hoz y la azada o la herrada para sacar agua del pozo con el cigüeñal, los " gatos " viejos te decían: " Al llegar julio las fuentes merman y algunas se secan ".
Las " gatas " también conocían el refrán y, por esa razón, tenían prisa en sembrar las alubias y las remolachas, porque " en julio ya se anda mal de agua ".
Hasta el agua de la Poza disminuía y los huertos un poco alejados veían que el agua no llegaba.
Entonces había que esperar a Santiago y sus tormentas, aunque a las parvas de las Eras, ese agua les sentaba muy mal : abarañar y volver a extender, y volver a abarañar al día siguiente por la tarde.
El problema de Cereceda es que nunca fué un pueblo de agricultura de cereal, sino un pueblo con agricultura de cereal y linares de riego.
El trigo era igual de importante que las patatas o las alubias.
Yo diría que muchos años nos fué mejor con la cosecha de patatas que con la cosecha de trigo.
Por eso cenábamos patatas " esbaratás " y pan de trigo. A ellas se unía el torrezno de tocino, proveniente de unos cebones que habían engordado con patatas cocidas en la lumbre de la cocina.
Hoy el mes de julio - y también el de agosto - solamente le preocupa a " gatos " y " gatas " por si falta el agua en las casas con la llegada de los veraneantes porque linares y huertos están abandonados.
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